LO QUE PIENSA EL HIJO DEL PADRE
A los siete años:
Papá es un sabio, todo lo sabe.
A los catorce años:
Me parece que papá se equivoca en algunas
de las cosas que me dice.
A los veinte años:
Papá está un poco atrasado en sus teorías,
no es de esta época.
A los veinticinco años:
El viejo no sabe nada. . . está chocheando decididamente.
A los treinta y cinco años:
Con mi experiencia, mi padre a esta edad
hubiera sido millonario.
A los cuarenta y cinco:
No sé si ir a consultar con el viejo este asunto,
tal vez pueda aconsejarme.
A los cincuenta y cinco:
Qué lástima que se haya muerto el viejo
la verdad es que tenía unas ideas y
una clarividencia notables.
A los setenta años:
¡Pobre papá, era un sabio!, ¡qué lástima que yo lo haya
comprendido tan tarde!
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